Si bien las universidades nacionales deben responder a lógicas de funcionamiento y parámetros de calidad que les competen ecuánimemente a todas las integrantes del sistema universitario nacional, tienen también un compromiso geopolítico. La decisión de instalar una universidad parte de la convicción de fortalecer el desarrollo de esa región.
Por esto, la UNdeC no es “de” ni “por” Chilecito, sino que es “para” Chilecito. Es de la Nación, es por la necesidad de fortalecer y enriquecer el desarrollo de las economías regionales y, obviamente, es para Chilecito porque impacta en su desarrollo propio.
El desafío de pensar la Universidad para Chilecito debía realizarse con las herramientas del sistema universitario nacional, con lo que establece la Ley de Educación Superior, pero fundamentalmente procurando dotar a la institución de una personalidad que le permita tener una identidad propia de acuerdo con su localización y las externalidades de su entorno en tanto institución nacional de educación superior.
En primer lugar se concibió a la UNdeC a partir de tres premisas:

  1. Es una comunidad asociada al saber, integrada por personas capaces de generar conocimiento original, crítico y fundamentado científicamente.
  2. Es una institución orientada a producir valor desde el sector público.
  3. Es una Universidad situada en la sociedad que la sostiene y a la que brinda respuestas adecuadas, pertinentes y creativas.

En este último sentido, la UNdeC se presenta con un marcado compromiso con la población de la región, que abre sus puertas a todos quienes tengan interés en cursar estudios universitarios y realicen el esfuerzo necesario para avanzar con éxito en ese camino.
El compromiso con la comunidad se formalizó en una serie de postulados, que la gestión de la organización se esforzó en materializar. Uno de esos postulados refiere a la necesidad de evitar la emigración del capital social a otros centros de estudio universitario, promoviendo el desarrollo de la cultura universitaria en el seno de la comunidad, mediante la producción, preservación, transmisión, aplicación y transferencia del conocimiento científico y la producción cultural.
La Universidad debe participar socialmente, incorporando las demandas y necesidades como mecanismo de promoción del desarrollo regional. Así, desde el reconocimiento de su realidad regional y particularmente del ecosistema en el que se inserta, debe desarrollar capacidades de generación o apropiación de conocimientos que le permitan alcanzar la excelencia académica y científica a nivel internacional.
Sin olvidar que es una institución perteneciente al sistema universitario nacional, la UNdeC asumió el compromiso de aportar al mejoramiento de la calidad del sistema educativo en su conjunto. En esta perspectiva se promovieron, y es uno de los pilares de la gestión, las diversas acciones de articulación con otras universidades, con el subsistema terciario no universitario y de educación polimodal.
En este sentido, también se estableció como imprescindible la firma de convenios de colaboración con instituciones de gobierno (municipal, provincial y nacional) empresas, ONG y otras instituciones de la región, el país y el mundo, así como la constitución de redes de colaboración.