Por: Mgtr. María Delia Soteras, directora Escuela de Desarrollo Local UNdeC
Cada 27 de septiembre, se celebra el Día Mundial del Turismo. El objetivo de esta fecha es fomentar la sensibilización y concientizar sobre los valores sociales, culturales, políticos y económicos de esta actividad y sus aportes a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El mundo se encuentra atravesado por la pandemia COVID 19, el turismo fue uno de los sectores más afectados; vuelos y reservas canceladas en todo el mundo, gastronomía y entretenimientos con capacidades reducidas, museos y parques temáticos cerrados al público, son solo algunos de los resultados de abrupta caída de los viajes y el turismo entre 2020 y 2021.
En este contexto, el lema del día internacional del turismo propuesto por la OMT es “El turismo para un crecimiento inclusivo”. La frase conlleva no solo la tarea de repensar el turismo en forma global, sino de trabajar en pos de restructurar y poner en marcha nuevamente a la actividad.
El impacto de la pandemia COVID-19 nos enfrenta a nuevos desafíos, es momento de trabajar en pos de dinamizar las economías regionales, garantizar la inclusión de los agentes locales, generando beneficios genuinos a todos los actores que conforman la cadena productiva de esta actividad, poniendo especial atención en la inclusión de miembros más vulnerables de la sociedad, para que los beneficios sociales y económicos del turismo lleguen en forma equitativa a cada uno de ellos.
A nivel mundial la demanda turística, busca nuevas formas de hacer turismo, modalidades alternativas, destinos que permitan el en contacto con la naturaleza, en contraposición al turismo de convencional o masivo. Por ello, los destinos turísticos no convencionales y los espacios rurales tienen en este contexto una oportunidad única de impulsar la reactivación del turismo, poniendo el foco en la planificación participativa, el consenso y la inclusión. Se evidencia la necesidad de planificar un nuevo turismo con base en el trabajo colaborativo, la cooperación entre los sectores públicos y privados, diseñar nuevos productos turísticos con base en el turismo rural y ecoturismo; y trabajar en aras de un crecimiento inclusivo, incentivando y apoyando a los emprendimientos, las empresas prestadoras de servicios y los profesionales del turismo y la cultura.
El verdadero rol del Estado reside en el fomento y el apoyo al sector turístico, la dinámica del turismo requiere de un estado presente, capaz de legislar y normar su funcionamiento y al mismo tiempo garantizar los servicios básicos necesarios para su desarrollo, impulsar nuevos productos turísticos y fomentar renovación de la oferta de servicios acordes a las corrientes turísticas actuales.
Solamente cuando se conciba al turismo como un verdadero factor de inclusión social, un pilar de las economías regionales, y a través de él, se canalicen los beneficios sociales y económicos en cada agente local, en cada artesano, trabajador rural, profesional de la cultura, el arte y el turismo, el real potencial de actividad dejará sus beneficios en cada espacio geográfico al cual arribe un turista, cumpliendo con la premisa de hacer del turismo un factor capaz de generar desarrollo local.
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