En el año 1985, la Organización de las Naciones Unidas designó el primer lunes de octubre de cada año como el “Día Mundial del Hábitat” y creó una agencia especializada en la gestión y el desarrollo integral de los Asentamientos Humanos. Esta proclamación, que en esta ocasión es el 5 de octubre, nos invita a reflexionar sobre el estado de nuestras ciudades y asentamientos humanos y especialmente sobre el derecho a una vivienda adecuada.
Este año en particular, nos reúne en un contexto de pandemia que ha puesto más que nunca de manifiesto los desafíos que enfrentamos para garantizar el acceso a un hábitat adecuado, seguro y sostenible. El desencadenamiento de la pandemia del COVID-19 y las medidas de aislamiento social preventivo y obligatorio han evidenciado profundos problemas estructurales en relación con el hábitat urbano que permiten cuestionar el actual modelo de desarrollo.
Alrededor de un tercio de la población de Argentina no tiene acceso a una vivienda adecuada. Además, alrededor del 15% de la población no posee agua potable y más del 40% no cuenta con servicios de cloacas. A su vez, a estos problemas se suman el acceso al transporte, equipamientos, la exposición a riesgos ambientales. Entre estos últimos se destacan aquellos vinculados con el cambio climático. De alguna manera, la atención a estas demandas se plasman tanto en la Nueva Agenda Urbana de 2016 como en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos en 2015, particularmente en el ODS 11 que plantea lograr que las ciudades y asentamientos urbanos sean seguros, resilientes y sostenibles.
En el marco de la Agenda 2030 planteada por Naciones Unidades para el desarrollo sostenible, el 12 de julio de 2016 la Provincia de La Rioja firmó con el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales de la Nación un convenio por el cual la Provincia adhiere a los ODS, acordando establecer los mecanismos adecuados que permitan alcanzar las previstas. De acuerdo con el “Informe Provincial ODS, La Rioja-2019”[1] los ministerios de Hacienda y Obras Públicas, de Planeamiento e Industria y de Infraestructura, enfatizarán en el logro de las metas previstas en el marco del ODS 11.
El déficit habitacional en la Provincia de La Rioja puede considerarse uno de los problemas más relevantes del territorio regional. Se estiman cerca de 20.000 familias sin vivienda propia a lo que se suma la dificultad de acceso a la tierra. A esto se adhiere la presencia de asentamientos precarios que un contexto como el actual, invitan a interpelar las políticas implementadas para garantizar el acceso a una vivienda digna.
El derecho a la vivienda digna se establece en la Constitución Nacional como un derecho humano fundamental incorporado en forma explícita en el tercer párrafo del artículo 14bis. A su vez, el derecho a la vivienda se complementa con tratados internacionales reconocidos en el artículo 75, inciso 22 de la Constitución Nacional.
Nos enfrentamos al reto de avanzar en la seguridad de la tenencia de la vivienda, en la disponibilidad de servicios, instalaciones, infraestructura, ubicación y materiales adecuados, en la asequibilidad, habitabilidad y accesibilidad y en la adecuación cultural para construir un hábitat justo e inclusivo. En este escenario complejo que estamos viviendo, también emergen oportunidades para repensar el hábitat. Por ello, en este 5 de octubre nos proponemos reflexionar sobre la situación de las ciudades y asentamientos humanos de la Provincia de la Rioja y especialmente del área de influencia de la Universidad Nacional de Chilecito, para contribuir con acciones e intervenciones que permitan garantizar la habitabilidad adecuada de nuestras comunidades.

Dra. Laura Zulaica

Doctora en Geografía

Investigadora Adjunta CONICET perteneciente al Instituto del Hábitat y del Ambiente (IHAM), Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (FAUD), Universidad Nacional del Mar del Plata (UNMdP)

Invitada por el Instituto de Ambiente de Montaña y Regiones Áridas (IAMRA-UNdeC)