La Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), estableció en 1994 el 7 de junio de como el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía. De esta manera se recuerda la fecha en la cual se firmó, en París, la Convención que establece el compromiso de las naciones signatarias, incluyendo la elaboración y adopción de programas de lucha contra la desertificación y mitigación de los efectos de la sequía, con “participación de la población y de las comunidades locales”.
La Argentina suscribió a la Convención en 1994 y ratificó su compromiso en el año 1996 a través de la Ley Nacional N° 24.701.
Según la ONU “La desertificación es la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Está causada fundamentalmente por la actividad humana y las variaciones climáticas. Este proceso no hace referencia al avance de los desiertos existentes. La desertificación se debe a la vulnerabilidad de los ecosistemas de zonas secas, que cubren un tercio de la superficie del planeta, a la sobreexplotación y el uso inadecuado de la tierra. La pobreza, la inestabilidad política, la deforestación, el sobrepastoreo y las malas prácticas de riego afectan negativamente a la productividad del suelo”.
Las “tierras secas” ocupan un porcentaje importante de las tierras del mundo, aproximadamente 40%, y están habitadas por el 34% de la población mundial. El 79% del territorio continental argentino se inscribe en la categoría de tierras secas, la provincia de La Rioja incluida.
«Alimentos. Forrajes. Fibras», tema de este año que enlaza nuestro consumo con la salud del suelo
Este año el Día Internacional se centra en cambiar las actitudes públicas hacia la principal causa de la desertificación y la degradación de las tierras: la producción y el consumo incesantes de la humanidad.
El crecimiento demográfico, el aumento de los ingresos de la población y el incremento de la población urbana intensifican la demanda de tierra para producir alimentos, forrajes y fibras textiles. Mientras tanto, la salud y la productividad de la tierra cultivable existente están disminuyendo, un declive que se ve empeorado por el cambio climático.
La UNdeC y su aporte científico contra la desertificación
“Somos conscientes que, para lograr el desafío de la sustentabilidad ambiental, incluyendo el de la lucha contra la desertificación, es necesario que seamos capaces de promover, como expresa la frase del Convenio de Desertificación, la participación de la población y de las comunidades locales”, expresó el Ing. Néstor Bárbaro, Director del Instituto de Ambiente de Montaña y Regiones áridas de la UNdeC.
Por esto, la Universidad Nacional de Chilecito tiene, entre sus objetivos prioritarios, la generación de conocimientos y tecnologías de gestión del territorio y conservación de sus recursos naturales, incluyendo el empleo de metodologías que privilegian la participación de los pobladores locales en el desarrollo y la implementación de las acciones para revertir los procesos de degradación de las tierras y lograr la mejora de la situación de los mismos. Actividades estas que realiza, con participación de sus estudiantes de grado y posgrado, en cooperación, entre otros organismos, con la Subsecretaría de Agricultura familiar y el INTA.
Además, se ha publicado un libro sobre la situación actual de la vegetación de La Rioja, el cual constituye un elemento importante para orientar acciones de recuperación de la diversidad biológica del territorio. También, participa de manera activa, junto con otros organismos de ciencia y tecnología de la provincia, del Comité del Programa Manejo Sustentable de Tierras en las Zonas Secas del Noroeste Argentino (PNUD ARG 14/G55), el cual es coordinado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de La Nación con participación de la Secretaría de Ambiente de La Rioja.
Fuente: https://www.un.org/es/observances/desertification-day