El 29 de agosto de cada año se celebra en la Argentina el día del árbol, de acuerdo con lo establecido en 1901 por el Consejo Nacional de Educación en razón de una iniciativa de Estanislao Severo Zeballos.
En los bosques, las selvas, los ambientes naturales y también en las ciudades están presentes los árboles; sin embargo, a veces no son conscientemente percibidos ni protegidos. Ellos aportan innumerables ventajas para los seres humanos: embellecen el paisaje, dan sombra, refrescan el ambiente y lo purifican, absorben dióxido de carbono, liberan oxígeno y producen hidratos de carbono. De esta manera juegan un papel fundamental para la vida, ya que no sólo participan de la cadena alimenticia sino que, además, generan un importante aporte de oxígeno a la atmósfera y absorben el principal componente del efecto invernadero: el dióxido de carbono.
Los científicos han alertado sobre los desequilibrios ambientales que están provocando las actividades humanas, en particular, se está produciendo un incremento espectacular del contenido en dióxido de carbono en la atmósfera a causa, entre otras, de la quema indiscriminada, la elaboración de carbón, la extracción de madera y leña y, en general, la destrucción de los bosques. Estos desequilibrios responsables del cambio climático usados por el ser humano, pueden ser revertidos si tomamos conciencia de nuestras acciones colectivas e individuales y su efecto sobre la naturaleza. Evitar el uso indiscriminado de los bosques y reforestar pueden ser algunas de las acciones.
Nombrando algunos árboles que hicieron historia tenemos, como ejemplo, el árbol del cual cayó una manzana sobre la cabeza del científico inglés Isaac Newton, facilitando el descubrimiento de una ley que cambiaría la historia del mundo: la Ley de la Gravedad. También podemos mencionar el algarrobo de Pueyrredón que luce radiante en San Isidro, provincia de Buenos Aires, aunque su rugosa corteza revela su extraordinaria longevidad de unos 350 años. En La Rioja tenemos árboles con historia, entre los que podemos mencionar el algarrobo blanco de 221 años de la casa de Facundo Quiroga en los Llanos de La Rioja, el naranjo de San Francisco Solano y el olivo cuatricentenario de Arauco.
Desde el año 2015 el Instituto de Ambiente Montaña y Regiones Áridas (IAMRA) organiza reuniones periódicas para concientizar sobre la problemática de la continua desaparición de las especies más abundantes de árboles de La Rioja, los algarrobos, debido, entre otros factores, a su tala para la obtención de madera, leña y carbón. Es en este contexto que se realizan actividades orientadas a valorar la función ecológica, económica y nutritiva de estos árboles; involucrando, cada año y en el marco de las actividades vinculadas a la Semana del Algarrobo, a la comunidad, las escuelas, organismos públicos y ONGs. Las motivaciones que llevaron al Director del IAMRA, Ing. Néstor Bárbaro, a difundir y visualizar a través de estas actividades la importancia de los algarrobos las desconozco, pero adhiero a su idea de que todos los años veneremos estos árboles tan nobles que en tiempos prehispánicos eran considerados sagrados, y este 29 de agosto de 2018 me uno a sus festejos con la convicción que las generaciones jóvenes y futuras interpreten esta necesidad de protegerlos.
 
 

Ing. Agr. Lic. María Magdalena Brizuela

Centro Regional de Investigaciones Científicas y Transferencia Tecnológica de La Rioja (CRILAR)

Instituto de Ambiente de Montaña y Regiones Áridas (IAMRA)

Universidad Nacional de Chilecito (UNdeC)